A estas alturas de la película, el "Ice Bucket Challenge" ya podría considerarse toda una epidemia. Todo el mundo cae en ella y nadie parece estar a salvo: desde celebrities de amplio espectro (actores, futbolistas, directores de cine) hasta políticos de talla histórica ?para bien o para mal? como George Bush. Eso sí, una epidemia cuyos resultados solo pueden ser positivos.
Y es que la campaña ha conseguido recaudar más de 4 millones de dólares en apenas un mes, que serán destinados a la investigación científica del ELA, la esclerosis lateral amitriófica. Por otra parte, también se ha conseguido concienciar más en un mes sobre esta enfermedad y sus devastadoras consecuencias que en toda la historia.
La campaña, impulsada por la ALS Association y con un coste 0, está consiguiendo hacer historia gracias a las redes sociales y a una estrategia de marketing rompedora y alucinante. ¿Cuáles son las claves del éxito del Ice Bucket Challenge? Te las explicamos. Apréndelas bien y ponlas en práctica si alguna vez pretendes iniciar tu propia campaña publicitaria.
Es "por una buena causa"
Detrás del desafío solo hay buenas intenciones. Aunque la campaña del "cubo helado" no deja de ser puro marketing, puro reclamo, no trata de vender un coche o promocionar una película. A las personalidades públicas que participan no les importa en absoluto aparecer en los vídeos echándose por encima un cubo de agua congelada e incluso soltar algún gritito incontrolable, por ridículo que pueda parecer, porque lo hacen por una buena causa.
Es más, no solo no les importa, sino que en muchos casos esto favorece su imagen. Seguro que más de uno está deseando ser nominado.
Una campaña viral, pero que muy viral
El éxito del desafío radica precisamente en que es un desafío: un famoso cuelga el vídeo de la ducha helada y reta a tres famosos más. Los que son "nominados" corren el riesgo de parecer unos cobardes en el mejor de los casos (unos miserables en el peor) si no realizan el desafío. Por ejemplo, resultó muy curioso ver a Mark Zuckerberg, creador de Facebook, nominando a Bill Gates. La campaña se asegura así tener un carácter viral obligado y un éxito inevitable: en cuanto un actor de Hollywood es nominado, poco a poco irá cayendo toda la meca del cine, y la repercusión en las redes sociales será brutal.
Desprende naturalidad y buen rollo
El Ice Bucket desprende naturalidad y buen rollo por los cuatro costados. Los anuncios con famosos pueden parecer forzados, y a veces incluso afecta negativamente a su credibilidad. Pero aquí no hay artificios que valgan: puedes ver a tu director de cine favorito (ahí está el ejemplo de Steven Spielberg) en ropa de verano y en el jardín de su casa, lanzándose un cubo de agua encima.
Y eso es lo que busca el internauta. Esa naturalidad nos acerca a los famosos, los hace más entrañables y simpáticos. Por eso, el usuario de Facebook no dudará en darle al "Me gusta" o a compartir el vídeo, como el de Twitter no dudará en retuitearlo, con lo que el alcance de la campaña será imparable.
Idea simple que huye de los sentimentalismos
La idea es tremendamente simple y divertida. Agarra un cubo con unos litros de agua, echa unos cubos de hielo, tíratela por encima y haz una donación. Nada más: los vídeos son breves y efectivos. A pesar de que la campaña pretende recaudar fondos para una enfermedad tan grave, huye de los discursos aburridos y los sentimentalismos baratos. Nadie en la red quiere ponerse triste. Se trata de que te eches unas risas y, como quien no quiere la cosa, hacerte "aflojar la mosca".
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